Lo que no admitimos de nosotros mismos se manifiesta en el exterior para que lo podamos reconocer y cambiar.
Asímismo las emociones que nos negamos a experimentar conscientemente nuestro cuerpo las manifiesta en forma de síntoma.
Según el principio de la polaridad todo en el Universo tiene dos polos opuestos. Todo lo que es en la creación se manifiesta con este principio de polaridad para que pueda haber evolución.
Por ejemplo, yo no puedo saber cómo es el color blanco si no lo comparo con el negro. Partiendo de esta ley nada de lo que sucede es bueno o malo, simplemente es.
Es necesario que me experimente en mis dos aspectos.
Cuando un aspecto de mi se encuentra con el otro es cuando la paradoja se resuelve, tomo conciencia y doy un salto en mi evolución.
Sin embargo, si te niegas a asumir una parte, tu cuerpo lo manifiesta biológicamente, expresa tu sombra, lo que en Bioneuroemoción llamamos la emoción oculta, y así se equilibra.
A través del síntoma aprendemos a conocernos y a asumir esas partes de nosotros que nunca descubriríamos. El cuerpo es el espejo del alma.
Todo lo que vivo es para tomar conciencia y despertar.
Nuestro cuerpo es el encargado de avisarnos cuando hay una incoherencia entre lo que siento, pienso y hago.
El regreso a las oscuridades es el trampolín hacia una resurreción de mi mismo.
El primer paso, abrazar mi sombra y salir de la dualidad.
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